¿Cansado de pagar una fortuna por kombuchas industriales? Imagina abrir tu nevera y servirte un vaso de kombucha casera, burbujeante y con el sabor exacto que a ti te gusta. Fermentar tu propia kombucha es una experiencia divertida, sencilla y muy gratificante. Esta guía es tu mapa del tesoro para dominar el proceso de principio a fin.
Muchos se lanzan a la aventura, pero se topan con un muro de dudas. El SCOBY parece un ser de otro planeta, temen contaminar el cultivo y las instrucciones que encuentran son confusas. La frustración les lleva a abandonar y volver a las bebidas comerciales, caras y decepcionantes. Pero tú estás a punto de superar todo eso.
1. El Arsenal del Maestro Fermentador: Equipo y Condiciones
Para crear una kombucha excepcional y segura, necesitarás reunir las herramientas adecuadas:
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Tarro de Cristal con Tapa:
El cristal es el material ideal, ya que no reacciona con la acidez de la bebida durante la fermentación. -
Ventilación y Protección:
La kombucha necesita respirar. El Fermentador de Kombucha Kefirko está diseñado con una pequeña abertura de aire y un filtro de carbón activado. Esta configuración permite el flujo de aire esencial, a la vez que previene la contaminación y los malos olores. -
Líquido de Arranque y/o SCOBY:
Necesitarás líquido de arranque (kombucha sin pasteurizar de un lote anterior) o un SCOBY (Cultivo Simbiótico de Bacterias y Levaduras) junto con su líquido.
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Azúcar:
El azúcar de caña (blanco, ecológico o no) es la mejor opción. Puedes experimentar con variedades sin refinar como el azúcar moreno, mascabado o demerara, pero ten en cuenta que pueden alterar el proceso de fermentación. -
Agua:
Usa agua potable. El agua filtrada, del grifo o de manantial rica en minerales funcionan perfectamente. Evita el agua destilada por su falta de minerales. Si necesitas añadir minerales, sustituye ⅕ del azúcar por rapadura. -
Té (Negro o Verde):
Elige un té puro, sin aditivos y, preferiblemente, ecológico. Evita los tés aromatizados o con fragancias, ya que pueden dañar tu cultivo. -
Condiciones Ambientales:
Mantén el tarro alejado de la luz solar directa. - Fermenta en un lugar con buena ventilación, lejos de la basura, otros fermentos, polvo o productos químicos.
- La temperatura ideal se sitúa entre 21–25°C.
2. La Magia Inicial: Tu Guía para la Primera Fermentación
Este es el paso donde el SCOBY transforma el té dulce en una bebida probiótica y ligeramente efervescente. Si solo usas líquido de arranque, el proceso tardará un poco más (de 2 a 3 semanas) mientras se forma un nuevo SCOBY en la superficie.
Si ya tienes un SCOBY y líquido de arranque, la primera fermentación durará entre 7 y 12 días, dependiendo de la temperatura y otras condiciones.
🧾 Proporción Básica (para 1 litro de kombucha):
- 10% de líquido de arranque (100 ml) + SCOBY
- 20% de té dulce concentrado (200 ml)
- 70% de agua fría (700 ml)
- 50 g de azúcar por litro de líquido total
🔪 Instrucciones Paso a Paso:
- Prepara un té concentrado usando 200 ml de agua hirviendo, 2 bolsitas de té o 2 cucharaditas de té a granel (negro o verde).
- Añade 50 g de azúcar y remueve hasta que se disuelva por completo.
- Deja que el té infusione durante 5–15 minutos (según el tipo) y luego cuela las hojas.
- Añade 700 ml de agua fría para diluir el té.
➤ El té caliente puede dañar el SCOBY; el té demasiado frío puede ralentizar la fermentación. - Incorpora 100 ml de líquido de arranque y tu SCOBY. (Si aún no tienes SCOBY, el líquido de arranque lo creará durante la fermentación).
- Cubre el tarro con una tela transpirable o utiliza el fermentador Kefirko con su filtro de aire.
➤ No lo cierres herméticamente, la fermentación necesita oxígeno.
➤ Asegúrate de que no puedan entrar moscas ni otros contaminantes. - Deja que fermente a 21–25°C durante 7–12 días.
➤ Más calor = fermentación más rápida; más frío = más lenta.
➤ Empieza a probarla a partir del día 5. Cuando alcance el equilibrio perfecto entre dulce y ácido para tu gusto, estará lista. - Una vez terminada, retira el SCOBY, guarda un 10% del líquido como arranque para tu próximo lote y refrigera tu kombucha o pasa a la segunda fermentación.
3. El Toque Final: Domina la Segunda Fermentación (¡Y las Burbujas!)
Este paso opcional es el secreto para añadir sabores únicos y conseguir una carbonatación natural (burbujas). Además, ayuda a reducir el azúcar residual.
Puntos clave:
- El SCOBY NO se utiliza en la segunda fermentación.
- Usa botellas con cierre hermético.
- Añade frutas, hierbas, jengibre, especias, zumos… ¡lo que se te ocurra!
- Déjala a temperatura ambiente durante 2–5 días y luego refrigera.
¿Quieres Más Burbujas? Descubre los Secretos de una Kombucha Efervescente
Para conseguir esa efervescencia perfecta, asegúrate de usar botellas de buena calidad con cierre a presión y añade una pequeña cantidad de azúcar extra (como un trozo de fruta o una cucharadita de zumo) antes de sellarlas para la segunda fermentación.
4. Conviértete en Profesional: El Método de Fermentación Continua
Cuando tu SCOBY esté fuerte y quieras disfrutar de kombucha de forma regular, es el momento de pasarte a la fermentación continua. Este método consiste en dejar siempre un 20% de kombucha en el tarro, que actuará como líquido de arranque para el siguiente lote. Así, podrás disfrutar de kombucha fresca cada 2–3 días. Cuanta más kombucha dejes, más rápido estará listo el siguiente lote.
Beneficios:
- Tiempos de fermentación más cortos.
- Kombucha fresca siempre disponible.
- Mantenimiento y crecimiento del SCOBY más sencillos.
El Fermentador de Kombucha Kefirko es perfecto para este método: es cómodo para el uso diario e ideal para llevar de pícnic.
Más información: Fermentación Continua de Kombucha
✅ Consejos de Oro para una Kombucha Perfecta:
- Utiliza siempre herramientas y tarros limpios para evitar la contaminación.
- Guarda la kombucha en la nevera después de la fermentación para detener la actividad.
- Si eres principiante, ¡toma notas! Apunta sabores, tiempos e ingredientes para perfeccionar tu receta.