Descubre el superpoder secreto de la kombucha. Aprende cómo su acidez natural la convierte en una alternativa ecológica y eficaz a los limpiadores comerciales. Te desvelamos qué aceites esenciales añadir para potenciar su aroma y su poder. Únete a nosotros en el camino hacia un hogar más verde gracias a la kombucha.
Cuando una kombucha fermenta durante demasiado tiempo, se sobrefermenta. Esto significa que las levaduras y bacterias han consumido todo el azúcar, dando como resultado un sabor avinagrado y una acidez muy elevada. Justo en ese momento, lo que podría parecer un error se convierte en un potentísimo agente de limpieza.
¿Cómo funciona la kombucha como limpiador?
La clave está en su acidez. El ácido acético de la kombucha descompone la suciedad, la grasa e incluso las manchas de las superficies, mientras que su carga bacteriana ayuda a eliminar patógenos dañinos. Su naturaleza ácida es similar a la del vinagre, otro limpiador natural de toda la vida. Sin embargo, las bacterias de la kombucha le dan una ventaja: su mayor concentración de microorganismos beneficiosos la hace superior en la lucha contra las bacterias perjudiciales.
Los beneficios de limpiar con kombucha

- Respetuosa con el planeta: La kombucha es un producto natural y biodegradable, mucho más amable con el medio ambiente que los químicos agresivos.
- Cero tóxicos: A diferencia de muchos productos comerciales, la kombucha no contiene químicos peligrosos que puedan causar irritación en la piel o ser nocivos si se ingieren.
- Ahorro inteligente: Preparar tu propio limpiador de kombucha es mucho más económico que comprar productos de limpieza convencionales.
- Multiusos y versátil: Puedes usarla para un sinfín de tareas, desde quitar manchas hasta dejar impecables ventanas y espejos.
- Eficacia probada: Que no te engañe su origen natural. El ácido acético de la kombucha es implacable con la suciedad, la grasa y todo tipo de acumulaciones.
¿Cómo se utiliza la kombucha para limpiar?
Puedes usar tu limpiador de kombucha en multitud de superficies: encimeras de la cocina, suelos, azulejos del baño e incluso cristales.
Para crear tu solución de limpieza, solo necesitas mezclar 1 parte de kombucha sobrefermentada con 1 parte de agua destilada. Vierte la mezcla en una botella con pulverizador y agita bien. Ya solo tienes que rociar la superficie y pasar un paño húmedo o una esponja.

Sube de nivel tu limpiador con aceites esenciales
Si quieres potenciar el aroma y añadir propiedades extra a tu vinagre de kombucha, los aceites esenciales son tus mejores aliados. Aquí tienes algunas de las mejores opciones:
- Aceite Esencial de Limón: Conocido por su aroma fresco y cítrico y sus propiedades antibacterianas y antifúngicas.
- Aceite Esencial de Árbol de Té: Un potente antiséptico con un aroma fresco y medicinal. Es especialmente eficaz para limpiar y desinfectar.
- Aceite Esencial de Eucalipto: Tiene un aroma fresco y revitalizante y es famoso por sus propiedades antibacterianas y antivirales.
- Aceite Esencial de Menta: Aporta un aroma fresco y mentolado y destaca por sus cualidades antibacterianas y antifúngicas.
- Aceite Esencial de Lavanda: Un aroma floral y relajante que también posee potentes propiedades antibacterianas y antifúngicas.

Cuando uses aceites esenciales, empieza con una cantidad pequeña, como 5-10 gotas por cada 500 ml de solución limpiadora, y ajusta la dosis según tus preferencias.
Es importante ser realista: aunque la kombucha es un limpiador natural fantástico, no tiene la misma potencia que los productos químicos comerciales. Es posible que necesites usar un poco más de cantidad y frotar con más energía para conseguir los mismos resultados.
Además, ten en cuenta que la kombucha tiene un fuerte olor avinagrado que puede persistir un rato, por lo que quizás no sea la mejor opción para zonas donde el olor pueda resultar molesto.
En definitiva, la kombucha es una alternativa genial para quienes buscan una solución de limpieza más natural y respetuosa con el planeta. Solo asegúrate de usarla correctamente y en las situaciones adecuadas.