¿Has oído hablar de esta bebida similar al yogur, pero con muchas más bacterias vivas? ¡Es KÉFIR! Un superalimento tradicional que puedes preparar fácilmente en casa, ahorrar dinero y hacerlo aún más beneficioso. ¿Cómo? Sigue leyendo.
El kéfir de leche es delicioso en batidos o con cereales para un desayuno perfecto lleno de bacterias vivas beneficioso para el intestino.
Para muchas personas, el kéfir de leche es un modo de empezar en el mundo de los alimentos fermentados. Al ser tan similar al popular yogur, parece un paso lógico. En este artículo, trataremos de responder a algunas de las preguntas más comunes que podrías tener si estás empezando.
¿Necesito invertir en utensilios caros?
Para hacer el kéfir de leche como se hacía tradicionalmente, se necesita muy poco. Tarro con tapa y algo para remover el kéfir que no sea de metal. Durante la fermentación se crea algo de gas, lo que hace que el kéfir tenga más burbujas. Es bueno permitir la circulación del aire para asegurarte de que puede salir del fermento y evitar la explosión de la botella. Las tapas de Kefirko se componen de dos partes, por lo que basta con abrir la superior para que esto ocurra. Al dejarla ligeramente abierta, también se evita que entren pequeños insectos en el fermento.
El Fermentador de Kéfir Kefirko está diseñado para permitir unas condiciones óptimas de fermentación. Todos los materiales son apropiados para la fermentación, y la tapa doble permite que el aire circule.
¿Qué ingredientes necesito para empezar a hacer kéfir?
Además del equipo, también necesitarás ingredientes. La leche y los cultivos vivos son todo lo que necesitas para empezar a hacer kéfir de leche. Elegir la leche adecuada puede ser algo complicado. La leche que te gusta beber, tomar en el café o con los cereales puede no ser perfecta para la fermentación. Puedes elegir entre leche no orgánica, orgánica, homogeneizada o sin pasteurizar. Para conseguir los mejores resultados, se recomienda utilizar leche entera, ya que así se conseguirás la consistencia adecuada del kéfir. Te recomendamos que experimentes hasta encontrar la leche que le dé a tu kéfir la textura y el sabor adecuados.
¿Y la alternativa vegana?
Es posible fermentar leche de origen vegetal. Puede funcionar igual que los productos lácteos. Pero a veces los nódulos que se fermentan en la leche normal necesitan más tiempo para activarse que los de leche de origen vegetal. A veces incluso se recomienda volver a poner los nódulos en leche de origen animal para alimentarlos cada cierto tiempo.
¿Qué ambiente es perfecto para la fermentación?
La temperatura es un factor importante en la fermentación. La temperatura óptima es de unos 22 °C, que suele ser la temperatura ambiente. Si el ambiente es muy cálido, prueba a trasladar el tarro a un lugar más fresco, por ejemplo, a un armario. Por otro lado, si el ambiente es demasiado frío, el kéfir puede tardar más en fermentar, y los nódulos no crecerán tan rápido.
¿Cuánto tiempo me llevará esto?
Una vez que te acostumbres a preparar kéfir, esto se convertirá en una rutina para ti. Puedes tomarte unos minutos por la mañana o durante el día para colar el kéfir, cambiar la leche y ya está. Pero con el kéfir, es importante cambiar la leche todos los días para que los nódulos se mantengan activos y produzcan un delicioso kéfir.
Sólo tres pasos para preparar el kéfir: 1. Verter la leche en el tarro y añadir los nódulos de kéfir. 2. Dejar fermentar. 3. Colar y servir
¿Puedo dejar de hacer kéfir?
¿Por qué querrías hacer eso? Bueno, se puede detener la producción durante un tiempo y conservar los nódulos de forma adecuada. Puedes leer más sobre el tema aquí. Es importante que los nódulos tengan suficiente comida incluso cuando no los estés utilizando y se ralenticen. Pero ten en cuenta que si quieres obtener todos los beneficios que ofrece este alimento fermentado, debes ser constante y consumirlo a diario.
¿Necesitas más razones para empezar a hacer kéfir de leche en casa? Descubre otras entradas del blog aquí o visita nuestro centro de aprendizaje para estar más seguro. ¡No tengas miedo a la fermentación casera! ¡Es fácil, más barato y más satisfactorio hacer tu propia comida sana!