¿Sabes qué se esconde en tu intestino y cómo afecta a tu salud?
En los últimos años, términos como microbioma y microbiota intestinal se escuchan cada vez más. Pero ¿qué significan realmente y por qué deberían importarte? Para descubrirlo, hemos hablado con Lina Habjanič, experta en dietética y salud pública con experiencia en programas de promoción de la salud y asesoramiento nutricional. Lina es graduada en Dietética por la Facultad de Ciencias de la Salud y su tesis se centró en la conexión entre la microbiota intestinal y la enfermedad de Alzheimer.
En esta entrevista, vas a descubrir:
- Qué es el microbioma y en qué se diferencia de la microbiota intestinal,
- Cómo el equilibrio de las comunidades bacterianas en el intestino afecta a la digestión, al sistema inmunitario e incluso a las funciones cognitivas,
- Qué factores pueden alterar el equilibrio bacteriano y cómo puedes reforzarlo de forma natural,
- Si los probióticos y los suplementos dietéticos son siempre necesarios,
- Consejos prácticos para mantener una microbiota intestinal sana a través de la dieta y el estilo de vida.
Si quieres entender mejor cómo tu microbioma y tu microbiota intestinal influyen en tu salud y bienestar —y cómo reforzarlos de forma natural con la alimentación—, esta entrevista es para ti.

¿Por qué ha crecido tanto el interés por el microbioma y la microbiota en los últimos años?
LINA: Primero, puede ser útil definir qué incluye realmente cada término. Cuando hablamos del microbioma, nos referimos a todo el hábitat humano: todos los microorganismos que viven en nosotros y sobre nosotros, sus genomas y los factores ambientales que desencadenan procesos específicos.
Cada persona alberga entre 10 y 100 billones de células microbianas en su cuerpo y sobre él.
La microbiota intestinal, dentro de este sistema, representa una parte enorme y muy importante de la comunidad microbiana del cuerpo humano. Su función principal es, por supuesto, ayudar en la digestión de los alimentos, algo que se nota especialmente al consumir alimentos ricos en fibra (como las legumbres), a menudo seguido de una sensación de hinchazón.
Mantener un equilibrio entre las comunidades bacterianas beneficiosas y las menos deseables en el intestino es esencial. Estas bacterias probióticas ayudan a reforzar el sistema inmunitario, previenen procesos inflamatorios y mantienen la salud intestinal.
Personalmente, creo que gran parte del interés en la composición de la microbiota intestinal ha sido impulsado por la industria de los suplementos, aunque en los últimos 10–15 años también hemos visto una mayor inversión en investigación clínica, no solo sobre la microbiota intestinal, sino también sobre otros microbiomas.
¿En qué nos afectan realmente la microbiota y el microbioma?
LINA: La investigación demuestra que un equilibrio saludable de las bacterias intestinales puede ayudar a reducir la inflamación crónica, que está relacionada con afecciones como el aumento de la grasa corporal (tanto en personas obesas como delgadas) y el proceso natural de envejecimiento. Ambos implican una inflamación de bajo grado a largo plazo que puede afectar a las funciones cognitivas. Algunas teorías sobre la prevención del alzhéimer sugieren que esta inflamación impacta negativamente en las funciones mentales.
También existe una conexión entre la microbiota intestinal y la salud mental, con vínculos con la depresión, la ansiedad y otros trastornos.
¿Deberíamos hacernos pruebas para conocer la composición de nuestro intestino?
LINA: No, no es necesario. Es mucho más importante centrarse en una dieta equilibrada, ya que sabemos que, por ejemplo, en Eslovenia y otros países europeos la gente consume muy poca fibra (tanto soluble como insoluble). Esto significa una ingesta insuficiente de verduras y frutas —frutas enteras con piel, no solo batidos— y muy pocos tipos de cereales y legumbres, mientras que se consumen muchos alimentos procesados, grasos y azucarados.
Para las personas sanas, la prioridad debería ser mejorar la nutrición diaria. Si alguien tiene una patología, un equipo médico multidisciplinar debería evaluar cuál es el mejor enfoque.
¿Cómo podemos saber si nuestra microbiota intestinal está desequilibrada?
LINA: La hinchazón excesiva sin un diagnóstico médico es una señal común. Por ejemplo, una persona sana que come un plato de sopa de alubias no debería experimentar una hinchazón grave si su microbiota intestinal está equilibrada y es diversa. Los malos hábitos alimenticios, como un alto consumo de alimentos procesados, grasos o azucarados, pueden alterar este equilibrio.
¿Qué altera el equilibrio de la microbiota intestinal?
LINA: Una mala alimentación, el estrés, los medicamentos y otros factores.
¿Cómo podemos favorecer de forma natural un microbioma sano y una digestión óptima?
LINA: Consumir alimentos naturalmente ricos en probióticos, como el kéfir, las verduras fermentadas (tradicionalmente el chucrut o los nabos encurtidos) y la soja fermentada, puede ayudar. Estos alimentos suelen contener bacterias beneficiosas como el Lactobacillus acidophilus.
¿Son necesarios los suplementos?
LINA: Para las personas sanas, no. Después de un tratamiento intensivo con antibióticos, puede ser útil consultar a un especialista. La mayoría de los suplementos dietéticos están regulados de forma mínima: no deben dañar la salud, pero sus beneficios no siempre están garantizados.
¿Se puede regular la digestión con la dieta?
LINA: Principalmente a través de la nutrición, la actividad física, el sueño y el mantenimiento del bienestar mental.
¿La función intestinal cambia en invierno y requiere una atención especial?
LINA: No.