Los probióticos necesitan prebióticos para crear una microbiota saludable.
El blog Kefirko está dedicado al kéfir casero y a sus beneficios para la salud. Ya hemos hablado de los principales beneficios del kéfir para nuestro organismo, sin embargo, no hemos profundizado en el porqué de esto. Sabemos que el kéfir está bien dotado de probióticos, vitaminas, minerales y proteínas. Veamos ahora en qué consisten exactamente.
Comprender el valor nutricional de nuestros alimentos es importante para equilibrarlos adecuadamente. Entender lo que nuestro cuerpo necesita y lo que consumimos puede mejorar enormemente nuestra salud en general. La abundancia o la falta de ciertos nutrientes puede ser causa de varias enfermedades o incluso poner en peligro la vida.
El kéfir tiene muchas vitaminas, como la A, B, B2 B3, D y E
En esta entrada del blog vamos a ver qué vitaminas podemos encontrar en el kéfir natural. Sin embargo, debemos destacar que estas cifras son sólo una estimación, ya que la cantidad de cada vitamina dependerá de la leche y de su procedencia. Los procesos de elaboración de alimentos a los que se somete la leche afectan en gran medida a su valor nutritivo y, posteriormente, también al kéfir.
Vitaminas en el kéfir casero
A continuación, presentamos una lista de las vitaminas más comunes que se encuentran en una porción (100 g) de kéfir:
Vitamina |
Cantidad en miligramos (mg) |
Cantidad en porcentaje de la ingesta diaria recomendada (IDR) |
Vitamina A |
0,17 mg |
28% |
Vitamina B |
0,03 mg |
2,2% |
Vitamina B2 |
0,14 mg |
9% |
Vitamina B3 |
0,15 mg |
1% |
Vitamina C |
0,20 mg |
0,3% |
Vitamina D |
0,02 mg |
100% |
Vitamina E |
0,02 mg |
0,2% |
Fuentes: fuente 1, fuente 2, fuente 3
Como vemos, una sola ración de kéfir puede aportar a nuestro organismo una cantidad significativa de vitaminas variadas. Esto ayudará a nuestro cuerpo a fortalecer el sistema inmunitario, a regular el sistema digestivo y a combatir los alérgenos.
Al mismo tiempo, debemos subrayar que estas cifras son sólo estimaciones de los investigadores y no son resultados de nuestro propio trabajo. Como ya escribimos al principio, estas cifras pueden variar por un número de causas. Esto es especialmente cierto en el caso del kéfir fresco hecho en casa, donde el entorno de fermentación no está tan regulado como en las plantas de procesamiento de productos lácteos.
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